
"Pueblo que no sabe su historia es pueblo condenado a irrevocable muerte. Puede producir brillantes individualidades aisladas, rasgos de pasión de ingenio y hasta de género, y serán como relámpagos que acrecentará más y más la lobreguez de la noche."
-Marcelino Menéndez Pelayo
Generalmente suelo ser bastante académico con mis escritos; dedico algún tiempo a la publicación que determine redactar. Hoy (jueves, 15 de abril de 2010) es otra la historia. Y para haberme hundido en esta redacción y dejar a un lado mis quehaceres universitarios debe ser profunda la irritación.
Viajando en el sistema de transporte público de Madrid desde Ciudad Universitaria camino a mi casa encontré un rotativo y me distraje. Lo leí. No suelo ser pasional, aunque los que me conoscan digan lo contrario. Créetelo. Hoy condeno el errata editorial del rotativo español ABC. Un editorial mezquino, que se contradice. El mismo truena contra el movimiento de apoyo que se ha avivado a favor del juez Baltasar Garzón. Garzón quien lleva un proceso de investigación de los/as desaparecidos/as del franquismo es acusado de prevaricación a la leonina Ley de Anmistía de 1977. El editorial, a su vez, acusa a la izquierda española de: "Erigirse en controladora de la democracia y apartarse de los cauces constitucionales [...]". Nada nuevo, la crítica tradicional y clichosa que a la izquierda se le hace. La reducida percepción que manifiesta ya no es para asombrarme. Créetelo. Según el mismo, "[...] las apelaciones contra la impunidad del franquismo [...] demuestran que esa izquierda movilizada contra el Supremo [...] quiere alterar las bases del actual sistema democrático, que no son otras que la aceptación de un proyecto común para todos los españoles". ¿Común para todos/as los/as españoles/as? Claro, como si común fuera para todos/as los/as españoles/as los perjuicios de la dictadura. Y persiste el editorial con que, "[...] reparar el daño sufrido por las víctimas del franquismo- cuyas legítimas aspiraciones sólo son atendibles en el marco de la ley, no fuera de él [...]". ¡Atendibles en el marco de la ley, no fuera de él! ¿Qué conveniente, no? Exhibiendo la cierta inclusión de corrientes fascistas en la que llaman vida democrática española, el editorial parece defender con tenacidad al Supremo acusado de cómplice de las torturas de la dictadura por la izquierda y los grupos pro derechos humanos. Pero, ¿acaso el reparar el daño sufrido por las víctimas del franquismo sólo en el marco de la ley no lo hace cómplice? ¿Por qué no buscar los crímenes donde verdaderamente se encuentran? ¿Por qué el miedo a abrir los libros? ¿Por qué no buscar el alfiler en el pajar? ¿Por qué el silencio colosal? ¡Extraordinaria hilaridad! Créetelo. Ya, ¿por qué he de sorprenderme con el editorial del ABC, un rotativo abiertamente monárquico? ¡Por qué estamos en el siglo XXI! No sé qué cosmos de la sociedad española es la que razonan los/as responables del editorial del ABC, pero ciertamente y sin duda alguna, la que yo he conocido denuncia el que España siga viviendo como en la época de la dictadura y de haber aprobado un pacto de silencio, indecente. Una Constitución de 1978, que prohibe los tribunales de excepción como los acontecidos en Nüremberg que juzgaron los crímenes que la Alemania nazi perpetró contra la humanidad. Por eso se juzga a Garzón, por querer abrir los libros, por querer buscar el alfiler en un pajar. ¡Qué vil la Ley de Anmistía de 1977!
Como quien invoca el descaro, continúa el editorial diciendo que " [...] la preocupación principal de los ciudadanos es superar la crisis económica y el franquismo es, para la mayoría, una lección de los libros de historia". Más adelante, Ignacio Camacho quien escribe "Franco, ese fantasma", para la columna de opinión, asegura que "el franquismo es una página olvidada en la realidad cotidiana de una democracia firme, sin cuentas pendientes ni atrasos históricos". ¡Democracia firme, sin cuentas pendientes ni atrasos históricos! "Quien olvida su historia, está condenado a repetirla" decía Jorge Santayana, poeta y filósofo español. Nuevamente me pregunto sobre el cosmos de la sociedad española en la que estos/as autores/as del ABC razonan. Parecieran evocar el país de las maravillas de Alicia. ¿Qué cosas, no? Revelan un razonamiento miope y limitado. Sí, miope y limitado para un siglo XXI. A ese comentario mísero de análisis le argumento que existe un pueblo español moderado y sensato, como mismo describiera el ABC, que más allá de convivir en un país que decidió superar en 1978 una historia desangrada por enfrentamientos civiles anhela hacerle justicia a su pueblo, a la historia y condenar con ferocidad los delitos de genocidio y de lesa humanidad que ejecutó esa lacerante dictadura franquista. ¡Quién no pueda soportar tal apreciación continúa en un imperecedero siglo XX!
En el transcurso de todo este proceso, al final, de lo que fastidia y atormenta tanto a esta fracción de estáticos y obtusos de la talla del ABC más allá de lo que nos pueda revelar las investigaciónes a la dictadura, no es ni siquiera el accionar de la izquierda española, pero el impresionante apoyo y la solidaridad que desde América Latina se ha estado gestando a favor de Garzón. Y que desde ese nuevo mundo que es Amércia se anuncia el inicio de querellas legales debido a asesinatos cometidos por el fascismo durante la guerra civil. Y pues, citando desde el rotativo El País al presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales en Buenos Aires, Horacio Verbitsky, "Nunca tuvo España mejor imagen en nuestros países que cuando Garzón abrió sus procedimientos contra los dictadores y torturadores de Chile y Argentina".
¡Porque investigar los crímenes del franquismo, no es delito!
-Zarévich Necho